Vivimos tiempos de cambio. Cada vez somos más los que nos cuestionamos y analizamos nuestra forma de vivir e intentamos dar coherencia a lo que nos rodea, avalados por los ODS que organismos internacionales como la ONU han puesto en marcha para concienciar y actuar contra el cambio climático que nosotros, y nuestro modo de vida está provocando. Poco a poco entendemos que somos parte de un todo, y que ese todo, que es el planeta Tierra, tiene los recursos finitos.
Poco a poco entendemos que somos parte de un todo, y que ese todo, que es el planeta Tierra, tiene los recursos finitos.
La Permacultura Integral es en un sistema holístico-ético de principios, prácticas y actitudes que plantea una vida basada en el amor y cuidado a las personas y respeto a la tierra. Se trata de diseñar hábitats humanos sostenibles en el tiempo a través de técnicas de producción alimentaria, bioconstrucción, educación, salud y consumo diferentes. Pero la Permacultura Integral va más allá, cuida de las personas favoreciendo la cooperación frente a la competencia, establece canales y tipos de comunicación más cercanos y favorece la inteligencia colectiva. En definitiva, implica la transformación de nuestras vidas para vivir en armonía con la naturaleza y no en su contra.
Por ello, diseñar bajo los criterios de la Permacultura nos aporta una visión holística, conjunta, no sólo del fin para el cual realizamos el diseño, o los medios que usaremos, sino que se adentra en el porqué lo hacemos, para qué, buscando un bien común y su relación armoniosa con el medio que le rodea.
Boceto de propuesta preliminar para los jardines de un hotel
Aplicado en el diseño de fincas o jardines, es sumamente útil, ya que nos garantiza que el resultado final será una solución óptima no sólo para los futuros usuarios sino para todo ser vivo que interactúe con el medio en dicha zona.
Para nosotros observar, entrevistar a los futuros usuarios, conocer e interactuar con los elementos y pensar como el diseño seguirá siendo sostenible dentro de 8 generaciones es todo un reto.
Para ello tenemos que tener presente los principios éticos de la permacultura:
Principios éticos de la Permacultura
Mediante una primera entrevista indagamos sobre los usos, gustos y preferencias de los todos los miembros implicados en el proyecto (pequeños y grandes), ya que varía mucho si es una parcela que se va a usar habitualmente o si en cambio, es un espacio de descanso ocasional. Que entiendan y asimilen los principios por los que nos movemos facilita la comprensión de los planteamientos del futuro diseño, y permite que los propios clientes nos acompañen y sean partícipes del mismo.
Es conveniente también conocer a los demás habitantes que conviven con los humanos: aves, mamíferos, insectos, etc. ya que a ellos también les afecta las características del futuro diseño en el acceso a alimento y agua, habitabilidad y refugio. Algo que convence a todos las personas para las que hemos trabajado es que hemos priorizado el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo, ya que todos quieren apostar por diseños que no les suponga una gran inversión de tiempo y energía en el mantenimiento de la parcela.
La ubicación del terreno es otro elemento esencial y para ello recapitularemos información de los propios duelos, agricultores y pobladores locales, sistemas de información meteorológica, históricos de precipitaciones, vientos, posibles inundaciones o incendios, fuentes de agua y de energías, análisis del suelo, topografía y estudiaremos como el sol recorre nuestra parcela tanto en verano como en invierno. Con todo esta información creamos nuestros sectores que nos hablan de los condicionantes con los que contará el diseño.
Borrador preliminar sobre hoja de papel vegetal para una finca en el campo
A partir de ahí planificamos las zonas utilizando las infraestructuras existentes o su futuro emplazamiento en el caso que los usuarios ya las tengan pensadas. En este punto, empezamos el diseño preliminar sin perder de vista nuestros principios de diseño: multifuncionalidad de los elementos, varios elementos que cumplen una misma función, ciclar energía, apilar, crear y facilitar conexiones fértiles entre todos los elementos, agua, viento y tierra.
La ubicación relativa de los elementos tiene que crear un conjunto integral que facilite la aceleración del sistema y el incremento de la biodiversidad del entorno que estamos creando. Las huertas tienen que estar muy bien planteadas y explicadas, para que los usuarios comprendan su funcionamiento, donde los bordes y las asociaciones de especies no solo mejoren su vida sino también incremente la regeneración y recuperación del suelo que por norma general nos encontramos pobre y deteriorado por prácticas agrícolas anteriores. Barreras cortavientos que capturan el sol, estanque que producen alimentos a la vez que reflejan el calor en el invierno o refrescan la casa en verano son partes habituales en los diseños integrales. En la mayoría de la veces se nos pide también el diseño de un jardín y, cómo no, la propuesta es un jardín xerófilo donde los requerimientos de mantenimiento y control son mínimos.
Esquema de un borrador
Los lugares donde tienen "problemas" se convierten en soluciones, como por ejemplo excesivo viento se convierte en una fuente inagotable de energía eólica o inundaciones recurrentes se convierten en estanques de vida silvestre y almacenamiento de agua. En nuestro modo de ver no existen los problemas, sino falta de imaginación o limitación de recursos.
Poco a poco el diseño se va definiendo, dando paso a un espacio repleto de vida, respetuoso con todas las especies animales y vegetales y que acercan a sus beneficiarios a la autosuficiencia.