Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Este año tiene por lema “No dejar a nadie atrás”. Pretende así concienciar sobre la promesa de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todo el mundo debe beneficiarse del progreso del desarrollo sostenible.
Una de las metas del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible (ODS 6) persigue garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos los habitantes del planeta antes de 2030. Estamos obligados, es un compromiso de todos, a no dejar a nadie atrás.
El abastecimiento de agua desalada para la población, tras más de 80 años de investigación continua en búsqueda de la máxima eficiencia, ha permitido garantizar el acceso seguro al agua a millones de personas. Son más de 70 millones de metros cúbicos al día de capacidad de agua desalada instalada.
Y son cientos los países que han apostado por esta tecnología para cubrir la escasez de agua. La Macaronesia y el África occidental no se han quedado atrás en esta apuesta, con más de 600.000 metros cúbicos-día instalados en más de 350 plantas desaladoras repartidas entre Canarias, mayoritariamente, Cabo Verde, Madeira, Mauritania y Senegal.
Este año, los integrantes del proyecto DESAL+, quieren sumarse a la celebración de este día con la satisfacción de estar poniendo nuestro granito de arena en aportar conocimiento, investigación y soluciones para incrementar la eficiencia en la tecnología y que cada día ésta sea más sostenible y accesible a las personas.
Este proyecto terminará en 2020 habiendo contribuido con la instalación de dos sistemas de desalación con energías renovables en dos pueblos, uno de Cabo Verde y otro de Mauritania. Se consigue de esta forma contribuir a que cerca de 1000 personas dispongan de agua suficiente, segura, accesible y asequible para uso personal y doméstico, principalmente. Confiamos en que esta contribución demostrativa, como mínimo, ayude a que proliferen iniciativas similares, ¡para no dejar a nadie atrás!