Desde hace bastante tiempo en la gestión medioambiental todo el mundo conoce las 3R. Más recientemente se han añadido 2R más, y ya se habla de las 5R, pero ¿cuál es el significado medioambiental de cada R?
- Rechazar el uso de artículos de usar y tirar o que generan residuos en exceso.
- Reducir el consumo de recursos y consecuentemente los residuos que generan.
- Reutilizar las cosas antes de retirarlas o convertirlas en residuos.
- Reciclar los residuos para crear nuevos productos o recursos.
- Reparar los equipos y medios en vez de desecharlos cuando llegan a su obsolescencia programada.
Pero ¿cómo se pueden adaptar las 5R a la gestión del agua?
Primeramente, Rechazando el uso de artículos como las toallitas, que la gente tira en el inodoro y que causan enormes atascos en los colectores y bombeos de las redes de drenaje de alcantarillado y pluviales. También rechazando el beber agua de botellas de plástico que además de generar miles de toneladas de residuos de plástico, pueden migrar micro plásticos al agua que entra en la cadena alimenticia y en el ciclo natural del agua. Además, debemos rehuir del uso de bolsas de plástico, embalajes y envases de usar y tirar, productos paqueteados en vez de comprarlos a granel...
En segundo lugar, Reduciendo el consumo de agua en los domicilios, con electrodomésticos eficientes, difusores de agua en duchas y lavabos, inodoros de media descarga, riegos por goteo… y sobre todo por concienciación de la sociedad. Además, hay que reducir el consumo de agua en las industrias mediante sistemas regulatorios legales y tarifarios que incentiven a las empresas al ahorro de agua. También hay que reducir el uso de agua en las instalaciones públicas como por ejemplo implantando sistemas eficientes de riego en los jardines con plantas autóctonas que no demanden agua en exceso, o como barriendo en vez de baldeando, haciendo que paguen por el consumo para que los administradores públicos se conciencien en el ahorro, …
La siguiente R se consigue Reutilizando en el ámbito doméstico las aguas pluviales y las aguas blancas (lavadora, lavavajillas, lavabo…) para el inodoro y el riego de jardines, pero también en el ámbito urbano reutilizando las aguas pluviales y las no potables para baldeos de calles, riego de parques, jardines y polideportivos, y potenciando el uso de SUDS, (Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible que son elementos de la red de drenaje que nos permitirán recoger, transportar, descontaminar, retener, infiltrar y evacuar el agua de lluvia de una manera sostenible, como por ejemplo los techos verdes, bioretención, pozos de infiltración, pavimentos permeables, zanjas de filtración, filtros de arena, zanjas de infiltración, depósitos de infiltración, cunetas verdes, depósitos de retención y tanques de tormentas.
La cuarta R se logra Reciclando el agua residual con tratamientos de desbaste, primarios, secundarios, terciarios, desnitrificaciones, eliminación del fósforo e incluso desinfección, para su uso en recargas directas de acuíferos, en riegos agrícolas o de jardines, en vertido a cauce público para mantener caudales ecológicos en ríos, e incluso para consumo humano directo.
Finalmente, Reparando y renovando las redes e infraestructuras, eliminando materiales como fibrocemento y plomo, reduciendo las pérdidas de agua en redes, aumentando la eficiencia, y y mejorando la vida media de las instalaciones combatiendo la obsolescencia programada por los fabricantes y gestionada por los políticos que ponen trabas a incluir el coste de estas inversiones en las tarifas de agua.
