Este informe, realizado por el grupo británico Engineering the Future, estudia los riesgos que encaran los países a causa de la escasez de agua, y como los gobiernos y organizaciones pueden gestionar sus abastecimientos para asegurar la disponibilidad en el futuro.
Estos cuatro puntos, de la introducción del informe, presentan las áreas principales del trabajo:
- El agua alimenta el tejido de la vida humana: nuestra comida, nuestra bebida, la ropa que vestimos, los paisajes que disfrutamos, las sociedades en que vivimos, la duración y la calidad de nuestras vidas. El papel esencial que juega el agua en la vida de un país - el abastecimiento energético, las infraestructuras, el crecimiento económico, el cuidado de la salud, la educación y la cultura - hace del agua una preocupación central para las políticas nacionales. Y dado que el ciclo del agua es global, la disponibilidad, uso y seguridad del agua transcienden límites locales, nacionales e incluso continentales.
- La seguridad del agua está bajo severas presiones procedentes de varias fuentes: una explosión de la población mundial, las rápidas migraciones de gentes del rural a las áreas urbanas, el impacto del cambio de las dietas en los países desarrollados, la creciente contaminación de los recursos hídricos, la sobreexplotación de las aguas subterráneas y los problemas derivados del cambio climático.
- El mundo está lejos de la seguridad en torno al agua. En muchos lugares, la demanda de agua es ya muy superior a la disponibilidad. Este no es un problema que afecte tan solo a los países en desarrollo, donde la infraestructura es pobre y muchas personas no tienen acceso a agua potable segura, sino también del mundo desarrollado, donde la creciente demanda simplemente no puede ser atendida. El agua para la agricultura y, por tanto, para la comida, no está recibiendo la suficiente atención en la agenda global, donde el saneamiento y el abastecimiento dominan actualmente. Con el fin de poner en el centro del debate el problema del agua para la agricultura, ingenieros, agricultores, economistas y políticos tendrán mejorar sus comunicaciones entre sí.
- El agua ha sido considerada tradicionalmente como un recurso gratuito. Cualquier coste del agua está normalmente asociado al coste de procesarla y ponerla a disposición del usuario, no a un valor inherente al recurso. Existe un creciente interés internacional en la utilización de la tarificación del agua para reducir la demanda y para generar ingresos que para cubrir el coste de proporcionar abastecimiento y mantener las infraestructuras
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