Los ecosistemas marinos son una fuente importante de biodiversidad y desempeñan un papel fundamental en los patrones metereológicos y climáticos que afectan a nuestros medios de subsistencia. Además, nos proporcionan una amplia gama de bienes y servicios esenciales, desde la energía solar hasta la absorción de carbono. El medio ambiente marino contribuye considerablemente a la calidad de vida y al bienestar social, y su protección es imprescindible para la prosperidad económica de las regiones marítimas y de la UE en su conjunto.
Pero el medio ambiente marino de Europa se está deteriorando rápidamente. Las presiones que sufren los recursos marinos naturales y la demanda de servicios ecológicos marinos suelen ser demasiado elevadas. Entre los peligros que amenazan el medio ambiente marino comunitario se cuentan el cambio climático, la pesca comercial, la introducción de especies exóticas, la contaminación y el vertido de sustancias peligrosas procedentes del transporte marítimo, la prospección de petróleo y gas, las mareas negras, el enriquecimiento en nutrientes procedentes de la agricultura y de las aguas residuales urbanas no tratadas, los desechos marinos y el ruido.
Las aguas marinas de Europa abarcan alrededor de tres millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente al total de tierras emergidas de Europa. Mientras que algunas medidas contribuyen indirectamente a su protección, no se ha hecho todavía nada para proteger el medio ambiente marino en general.
Por este motivo, la Comisión Europea propuso en octubre de 2005 una estrategia temática sobre el medio ambiente marino y, finalmente, el próximo 15 de julio entra en vigor la Directiva Marco sobre Estrategia Marina, suponiendo la mayor ampliación territorial del Derecho ambiental comunitario.
Un marco sólido para limpiar nuestros mares y océanos
El principal objetivo de la Directiva sobre la estrategia marina es conseguir unas aguas de mar en un buen estado ecológico para 2020, lo que se logrará mediante el establecimiento de regiones y subregiones marinas, que gestionarán los Estados miembros de forma integrada basándose en criterios ecológicos.
Al elaborar las estrategias marinas sobre las aguas de cada región marina, los Estados miembros deberán cooperar estrechamente. Cada estrategia marina consiste en un plan de acción que se aplicará en varias fases. Los Estados miembros deberán evaluar primero el estado ecológico de sus regiones marinas respectivas y las principales presiones que sufren las mismas, determinar después lo que se puede considerar un buen estado ecológico y establecer a continuación objetivos, indicadores y programas de seguimiento. Los programas de medidas deben elaborarse antes de 2015 para conseguir un buen estado ecológico para 2020.
Una contribución importante del Parlamento Europeo a la Directiva incluye la obligación de los Estados miembros de establecer zonas marinas protegidas. Los Estados miembros que compartan una región marina deberán cooperar para velar por que sus estrategias marinas sean coherentes y estén coordinadas. Deben también hacer todo lo posible para coordinar sus actividades con países no pertenecientes a la UE en la misma región marina, incluso mediante convenios marinos regionales.
Un planteamiento ecosistémico de las actividades humanas
Las estrategias marinas aplicarán un planteamiento ecosistémico de la gestión de las actividades humanas para velar por que la presión colectiva de tales actividades se mantenga en niveles sostenibles. Se trata de garantizar que todas las aguas marinas (con toda su diversidad ecológica) permanezcan dinámicas, limpias, sanas y productivas.
Más información en:
Página de Internet de la Dirección General de Medio Ambiente sobre la estrategia marina.
Sexto Programa de Acción Comunitario en materia de Medio Ambiente.